En el abyecto rincón del automartirio
Tras la más reducida expresión fisonómica me resguardé
Controvertía con fervor dentro de mi propia anomalía
La incógnita que establecí
Derramaba en la minucia mi mente perturbada
Y es que, tal parece se había tornado en lúgubre adicción
Era una temporada de extremo tormento
y en mi verdugo cadáver no prosperaba la más leve palpitación
Hasta que, un pérfido flagelo en embozo de caricia
A mi corazón se diligenció
Tal sensación es de idolatrar, la intuiciòn que confiesas,
una oferta extraviada en mi visión;
sin embargo, ahora el plagable deseo
constreñido en el silencio, al furor de mañanas tristes
sucumbe la necedad de mi noción adulterada…
Y alagada por no rendirte a tan funestas apatías,
Detesto mi presencia,
Mas no me extingo, en represalia al errante deseo manifiesto
En mi pupila dilatada
En días pasados el miedo se perpetuaba en iracunda mirada
Bajo la despiadada miseria de la flagelación,
“Pues eres tu, y te aborrezco por ello, lo único y más atesorado”
Reducida ya la pena bajo el pecho,
Frente a ti mi cuerpo desmembrado
Modulando en mi garganta los quejidos de la muerte
Regurgito en mi orgullo tormentoso
Los vocablos de exvoto,
Que con un efecto tan certero como el de la poesía sangrienta
Me dispongo a pronunciar…
Tras la más reducida expresión fisonómica me resguardé
Controvertía con fervor dentro de mi propia anomalía
La incógnita que establecí
Derramaba en la minucia mi mente perturbada
Y es que, tal parece se había tornado en lúgubre adicción
Era una temporada de extremo tormento
y en mi verdugo cadáver no prosperaba la más leve palpitación
Hasta que, un pérfido flagelo en embozo de caricia
A mi corazón se diligenció
Tal sensación es de idolatrar, la intuiciòn que confiesas,
una oferta extraviada en mi visión;
sin embargo, ahora el plagable deseo
constreñido en el silencio, al furor de mañanas tristes
sucumbe la necedad de mi noción adulterada…
Y alagada por no rendirte a tan funestas apatías,
Detesto mi presencia,
Mas no me extingo, en represalia al errante deseo manifiesto
En mi pupila dilatada
En días pasados el miedo se perpetuaba en iracunda mirada
Bajo la despiadada miseria de la flagelación,
“Pues eres tu, y te aborrezco por ello, lo único y más atesorado”
Reducida ya la pena bajo el pecho,
Frente a ti mi cuerpo desmembrado
Modulando en mi garganta los quejidos de la muerte
Regurgito en mi orgullo tormentoso
Los vocablos de exvoto,
Que con un efecto tan certero como el de la poesía sangrienta
Me dispongo a pronunciar…