jueves, 27 de mayo de 2010

Fuiste voz en campos de perfidia
Y aturdida de tu labia enemiga
Emigré a ciudades nocturnas
Donde las luces obstan las miradas intuitivas
Y el deleite viste botella fina.

El filo de tus dientes oprimió feroz en mi garganta
Cuando aspiré el óxido misántropo al final de la embriaguez.

La savia de tus besos la piel me dejó ulcerada,
palpitantes los senos y confusa en la almohada
bajo el secreto erótico de tus costillas.

Fuiste voz en campos de perfidia,
Hoy eco de todo movimiento,
Huyendo de ti regreso de todo rostro ciudad y tiempo
donde la nostalgia se disfraza en botella fina.